Diario de clase (6/03/2017)
Comenzamos la mañana recordando lo que hicimos el día anterior por Bárbara. Tras ello, realizamos una actividad dinámica grupal que se llama “La historia” cuyo objetivo es ver cómo influyen los rumores.
Después, se le explicó a Ana y Alicia en que consiste la planificación y cómo se realiza; está explicación es referente a la actividad que realizamos el día anterior.
Para comenzar el capítulo tres, realizamos una actividad que se llama “Nos vamos de viaje durante 15 días” donde la clase se dividió en dos grupos y cuyo objetivo era planificar y programar un viaje. Sin saberlo, nos dimos cuenta que sabíamos programar gracias a esta actividad que es uno de los objetivos del curso.
Para aprender la teoría se realizó varias actividades dinámicas para comprenderlo. Comenzamos con una lluvia de ideas sobre la palabra programación donde sacamos con toda exactitud el significado de la palabra. Después, cada uno dijo para qué sirve una programación y se comparó con lo que viene en el libro para ver nuestra capacidad. Para continuar, se hizo otra actividad donde cada uno de la clase tenía una característica de la programación, esa persona debía de explicar el significado de la palabra con un ejemplo para que el resto entendiera su significado. Para finalizar, vimos los elementos de la programación didáctica donde se realizó la última actividad que consiste en hacer una programación enteramente tuya donde debes utilizar los elementos de la programación y cuyo curso se realizará en 4 ó 5 días.
DINÁMICA (7/03/2017) :El pozo de los miedos
Antes de hablar en público, son los miedos y sensaciones negativas florecen en nuestro cuerpo, y es bueno ser consciente para poder gestionarlas y ponerles solución. Durante este ejercicio, pediremos a nuestros alumnos que se sitúen en parejas y escriban en papelitos todas las emociones desagradables que sienten cuando han de salir a hablar frente a alguien.
Por ejemplo, pueden poner lo siguiente: “siento que mis manos arden”, “las mejillas me queman”, “noto que me cuesta respirar”, “siento que quiero darme la vuelta”, “pienso que me caeré delante de todos”, “me imagino que tropiezo”, etc. Pueden ser tanto expresiones físicas como pensamientos malos.
A continuación, les diremos que rompan con todas su fuerza esos papeles, los pisen, los arruguen, los destrocen… y los lancen a un pozo imaginario (habremos marcado en el suelo de la clase con tiza una circunferencia) donde caen y ya no pueden salir. Seguidamente, les diremos que cierren los ojos e imaginen que han que hacer una exposición importante.
Esta vez la harán genial, tan bien que saldrán muy contentos de ella. Además el público les aplaudirá y sentirán cómo su pecho se llena de orgullo. Ya nada tiene que ver con los miedos e inseguridades de antes, son una persona nueva.
Me gusta creer que no existen los malos oradores, sino falta de práctica. Así que, ha llegado el momento de poner a raya nuestro pánico escénico y atrevernos a continuar creciendo y aprendiendo, ¿no te parece?
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